Prueba utilizada para valorar la capacidad visual, incluida la capacidad de visión a distancia y de cerca, la capacidad para la percepción de los colores, profundidad.
Esto nos permite clasificar la severidad de los defectos ópticos e identificar a quienes requieren exámenes complementarios próximos.
Se debe practicar un examen optométrico completo cada 3 ó 5 años si no hay problemas. Si la visión se vuelve borrosa, empeora o si hay otros cambios notorios, se debe realizar un examen inmediatamente.
Las personas con problemas de refracción se deben someter a un examen optométrico cada 2 ó 3 años.
Comparte en las redes sociales